Contacta a Vanessa: siendohonestas@gmail.com [asunto: Vanessa]
Cuando nos presentamos normalmente decimos a que nos dedicamos como sí eso nos definiera, para llevar un «orden» lo voy a hacer así:
Soy Vanessa Macías, tengo 24 años, vivo o vivía en Guadalajara ( después les platico mi aventura; soy peregrina). Estudié Educación Especial, durante los últimos 3 años he podido trabajar con niños con discapacidad visual (ciegos y baja visión) en diferentes lugares lo cual he disfrutrado muchísimo. Desde Septiembre estoy trabajando con niños con problemas de aprendizaje y discapacidad intelectual en un pequeño pueblito al norte de Jalisco. Cuando la gente escucha esto, tiene reacciones similares, ejemplo: «¡Que buen apostolado elegiste!», «¿Has considerado ser monja?» Algunos van un poco más haya; incluso me han preguntan que sí en “mi religión” existe algo similar a ser monja, porque creen que sería una buena candidata.
Creo que Jesús tiene que ser todo en nuestra vida, cuando lo es así, la «religión» se convertirá en RELACIÓN. Una religión es un esfuerzo humano por alcanzar a Dios. Cristo es el esfuerzo de Dios por alcanzar al hombre.
Cuando era niña por cuestiones familiares tuve la oportunidad de conocer de Jesús directamente de la Biblia y no de una iglesia física. Crecí sabiendo que Dios es real pero esa realidad no la experimenté hasta mi adolescencia, cuando decidí poner a Cristo en primer lugar. Consideraba muy importante lo que los demás pensaban de mi, pero eso me llevó a poner la opinión de mis compañeros de escuela en primer lugar. Después de un tiempo por la gracia de Dios pude ver que la «aceptación» de otros no me llenaba. Dios me mostró su amor a pesar de mi debilidad y me dio la seguridad de que Él estaba conmigo. Cuando pones a Cristo en primer lugar el resto de las cosas toman el lugar que le corresponde.
SIENDO HONESTA, Vanessa no tiene el cielo ganado por sus obras; realmente lo que hay en mi es debilidad, pecado y maldad, muchas veces lucho con malas motivaciones pero desde que decidí voltear a Jesús, su amor me derritió y ahora deseo que en todas las áreas de mi vida Él pueda ser glorificado. Y si hoy amó a Cristo, es porque Él me amó primero. Y cuando llegue el día de verlo físicamente, Jesús será mi abogado y Su sangre sin mancha será el pase para estar la eternidad junto a Él.
Lo que hoy me define no es mi trabajo, mi gusto por correr o practicar squash, o lo mucho que me gusta cantar (cuando nadie me escucha, por fallas técnicas. 😉 Tampoco el que me guste disfrutar el contraste de sabores (agridulce, menta con chocolate, etc). Ni lo mucho que me gusta la playa; ni siquiera me define la linda familia que Dios me ha dado. Lo que hoy me define es que Jesús me adoptó como su hija y con toda libertad le puedo llamar Papito. Y ese Dios invisible se ha hecho visible en las peores dificultades y también en las mayores alegrías.
“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (II Corintios 4:18).
Siendo Honestas 
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