¡Conocida por Dios!

[Escrito por Vania]

Decir que conocemos al presidente de la República, porque una vez lo vimos en una campaña y tal vez hasta le dimos la mano, no nos hace conocerlo realmente. Puedo decir con certeza que si fuéramos hasta su casa no nos recibiría, pues a decir  verdad, no nos conoce. Es exactamente lo mismo con Dios, no por el hecho de decir su nombre de vez en cuando quiere decir que lo conocemos.

No sé tú, pero yo desde niña buscaba mil maneras para agradar a la gente, ser popular en la escuela y tener muchos amigos. Me gustaba sentirme aceptada, dentro de los grupos que había a mi alrededor.

Todo lo hacía para ganar la aprobación de mis amigos, y la ganaba (a veces), pero muchas otras no, y ¿sabes? no pensaba que al darle a la gente el “poder” de aprobarme al mismo tiempo les estaba dando el “poder” de rechazarme. A pesar de mi corta edad, quería hacer todo para destacar y ser sobresaliente.

Pero de pronto un día esto cambio, y fue cuando Cristo vino a mi vida y me salvó…

Poco tiempo después de ser salva uno de los versículos que más fuerte habló a mi corazón fue Gálatas 4:9, que dice: “mas ahora, conociendo a Dios, o más bien siendo conocidos por Dios…”

Siendo conocidos por Dios ¡¡Wow!! Esto realmente cambió mi visión. Por mucho tiempo creí que conocía a Dios, pero no era así. A decir verdad me levantaba muy temprano a “orar y leer mi Biblia” pero todo era superficial, la verdad era que yo no conocía a Dios.

Cuando Dios en su infinito amor, me mostró mi terrible pecado pude verme como en un espejo, por fin pude ver mi condición delante de Dios; yo estaba sucia, sin esperanza, con una condenación eterna, con pecados arrastrando. Yo merecía el infierno, y aun lo merezco, pero Dios se dignó tener misericordia de mí y perdonarme. Él me reconcilió a través de la muerte sustituta de su Hijo; Jesucristo me llevó al Padre, me lavó de mis pecados, me perdonó, me hizo libre; y ahora le pertenezco.

¡Dios me conoce! Ahora yo soy suya y él es mío. No es lo mismo decir que conoces a Dios, a conocerlo realmente y aún más, a ser conocida por Él.

¿Sabes qué es lo que más me sorprende de esta afirmación? Que el Rey de Gloria, el Creador del Universo ¡me conoce ¿Acaso no es eso maravilloso? Si tú eres salvo, (has puesto tu confianza en Cristo como tu Señor y Salvador), ¡entonces Dios te conoce a ti también! Pero si tú no eres salvo, Dios no te conoce. Tú puedes creer que lo conoces pero eso no hace que realmente lo conozcas.

Mateo 7:22 y 23 dice “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.» Dios no dirá: no me conoces, apártate de mí, hacedor de maldad. Sino: nunca os conocí…

Sabes, para mí es glorioso  pensar que Dios me conoce. Llena mi vida de sentido, significado y propósito, el saber que soy hija del Rey de reyes y Señor de señores. No sólo soy conocida, también soy amada y aceptada por Él; eso significa que no tengo que buscar aprobación en ningún otro lugar.

Mi llenura y satisfacción vienen de Cristo, mi aprobación viene de Él, mi identidad esta en Él. Esto es realmente maravilloso pero al mismo tiempo aterrador, pienso en cuántas personas no conocen a Dios y cuántas piensan que lo conocen, pero Dios no los conoce a ellos. Lo más triste que puede existir, es creer que Dios te conoce y ser un desconocido en realidad.

2 Corintios 13:5 nos ánima a, “examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

La pregunta no es si conoces a Dios, sino ¿Dios te conoce a ti?

-Vania-