Ya das el ancho

«No ‘doy el ancho'», «No soy capaz». No puedo contar las veces que he dicho esas frases. Muchísimas veces.

Tengo muchas limitaciones. Me canso fácilmente. No tengo talentos sobresalientes ni habilidades que destacan. Para mí es muy desgastante hacer cosas que mucha gente hace con «la mano en la cintura». ¿Cómo es que hay mujeres que estudian, trabajan y además son madres? ¿Cómo aspiro el algún día ser ama de casa con cuantos hijos quisiera Dios darnos, si no puedo si quiera cumplir con las responsabilidades de mi sencillo trabajo y mantener mi cuarto en orden? Estas preguntas y la frustración y culpabilidad que conllevan, me dejan verdaderamente abrumada. Es agotador.

Me gusta mucho pensar en la raíz de las cosas. Es difícil que me guste una película o una canción porque analizo el mensaje y lo que provoca en sus receptores. Siempre supe que estaba algo mal en estos patrones de pensamiento. Pero hasta hace unos días me «cayó en veinte». Gracias a Dios, me ha ayudado a ver mi pecado, arrepentirme y cambiar con Su ayuda.

Permití que mi desempeño definiera y dictara mi valor. Como la nenita que se siente fea, o la adolecente anoréxica y miserable que ha permitido que su belleza física determine su validez. ¿Qué te valida? Sé en mi mente que al Único que debo tratar de agradar con todo mi corazón es a Dios, pero muchas veces trato de agradar a los demás con más ganas de lo que me preocupo por ser de agrado a mi Señor. Jesús, ¡dame humildad! Es bueno que me sienta incapaz y limitada, pues tengo que depender de Él. Si me siento frustrada porque a mis ojos no estoy «dando el ancho», es porque en el fondo creo con orgullo y auto-dependencia que sí lo pudiera dar. Necesito depender.

beb
Como un bebé que confía totalmente en las manos que lo sostienen. Así descanse mi alma en los brazos de mi Creador. Él cuida de mí, Él no espera de mí más de lo que Él mismo me da la fuerza para hacer. Debo concentrarme en ser no en hacer. Pues entre más sea como mi Jesús, más capaz seré de entender lo que Él quiere que haga (y no llenar mis horas de actividades vanas que sólo buscan la aprobación del hombre). Y mejor preparada estaré para servirle como Él quiera.

La verdad conmovedora y transformadora es que a los ojos de Dios, ¡ya «doy el ancho»! No por mis méritos ni desempeño (yo jamás podría). Pero porque he creído en Jesús y en Él estoy completa. Mi vida (y mi valor) está escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3:3). Él me ha valorado y puedo con gratitud hacer lo que puedo hacer dentro de mis limitaciones y capacidades personales, para Él. Su sonrisa y placer son mi mayor aspiración y a la vez, ya mi mayor regalo de Dios en Cristo. «Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» -Gálatas 2:20
¡Gracias, Redentor!

-Marian-

6 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Andrés dice:

    Es genial ver como Dios transforma una vida, como Dios nos puede usar a pesar de las debilidades y como Dios nos acompaña en las pruebas y el crecimiento. Me recuerda el salmo «Siente mi dolor, considera mis dificultades y perdona todos mis pecados» Salmo 25:18 NTV

    En cuanto a agradar a otros, me viene a la mente el libro de Joyce Mayer «Adicción a la Aprobación», creo que uno debe tener un equilibro sano entre saber cuando tomar las críticas y cuando no, también entre cuando es buena la aprobación y cuando hay que ir en contra de la corriente.

    Le gusta a 1 persona

  2. Paulina Gaxiola dice:

    Gracias Marian por compartir de tu corazón lo que Dios te ha dado. Ha sido muy alentador para mi vida. El Señor te bendiga!!

    Me gusta

    1. Yahweh Lover dice:

      Gracias a Dios. Me parece muy importante compartir lo que Dios nos enseña, quizá alguien pudiera tomar aliento y/o decisiones sin tener que vivir lo mismo. Que nuestro Señor mire a bien usar nuestros humildes testimonios para bendición de otros. Soli Deo gloria.

      Me gusta

  3. sophiebeck dice:

    Aunque me ha gustado tu post, y te felicito por ello… a veces es más sencillo ver con facilidad lo bonito de la vida y como salir del problema , cuando ya te va bien en las cosas o lo superaste o tienes éxito…Mientras estás en la dificultad lo único que percibes o piensas es negatividad.

    Me gusta

    1. Marian Solano dice:

      Es muy cierto lo que dices. Afortunadamente, Dios no nos llama a fingir o ver lo bonito siempre o tratar de salir del problema de la forma más fácil o rápida. Nos llama a ser reales con Él y confiar en que Dios mismo nos guía y nos ayuda a ver lo positivo; la verdadera esperanza en Cristo que nada ni nadie puede cambiar.

      Le gusta a 1 persona

¿Y qué piensas al respecto?